«Sólo hay una reina y esa es Madonna», concluye Nicki Minaj en ‘I Don’t Give A’, la última de las dos canciones en que colabora de ‘MDNA‘, editado hace sólo siete días, y al que ahora tiene que suceder en el top 1 de UK y USA. No parece muy honesto después de escuchar su segundo álbum, ‘Pink Friday… Roman Reloaded’, cuya discreta dirección artística no se limita a su título, que parece presentarnos una reedición del disco de debut que no es. En esta ocasión, Nicki ha contratado los servicios de RedOne, productor de Lady Gaga, para unas cuantas de estas nuevas canciones -lo que incluye su single principal-, que terminan sonando a… Ke$ha, Katy Perry y Rihanna. En otras de estas 19 composiciones (más 3 bonus tracks, para el que aguante), se rinde también al R&B de buen rollo de la Beyoncé pre-‘4‘ (que ella misma va dejando atrás pese al single ‘Best Thing I Never Had’), cuando no suena a Britney Spears. El resultado es un disco excesivo en minutaje, descentrado y completamente desperdiciado.
Digo desperdiciado porque Nicki no tenía ninguna necesidad de sonar a Madonna, ni a Britney, ni a Beyoncé, ni a Lady Gaga. No hay nada peor que no creerte tú misma la que parte la pana y este ‘Pink Friday… Roman Reloaded’ únicamente funciona en su primera parte, cuando sí se muestra desafiante, como la mejor alternativa al hip-hop masculino en cortes con gancho, buena producción y mala baba. De ‘Roman Holiday’, el tema presentado en una delirante performance en los Grammy, pasamos a ‘Come On A Cone’ y ‘I Am Your Leader’, ambos con estribillo en clave de «dick», y de aquí al monótono pero hipnótico ‘Beez In The Trap’. ‘HOV Lane’ y ‘Roman Reloaded’ mantienen la tensión, pero después (con alguna excepción como ‘Stupid Hoe’), adiós, muy buenas.
Y es que Ke$ha puede habernos dado una serie de estribillos divertidos y un sinfín de momentos kitsch (más los que adivinamos por venir), pero cuando su sonido se convierte en influyente incluso para una artista que apuntaba mucho más alto que ella, tenemos que empezar a preocuparnos por la dirección que está tomando el pop del siglo XXI. En ese sentido, ‘Pink Friday… Roman Reloaded’ es un buen resumen de esa improbable fusión que viven los sonidos europeos con los norteamericanos, con artistas como Rihanna entregadas al trance y productores tipo David Guetta o Calvin Harris, para bien o para mal, pegando de verdad en Estados Unidos.
Dice Nicki que en este disco de sonidos tan distintos ha sido ella misma, sin presiones, y que lo definiría con la palabra «libertad». En cortes como ‘Marilyn Monroe’ habla sobre cómo le ha afectado la fama y vuelve a aparecer su álter ego Roman Zolanski. Sin embargo, ‘Pound The Alarm’, ‘Whip It’ y ‘Automatic’, que pueden tener su gracia en su afán poligonero y chabacano, no están precisamente para hacer del eclecticismo una virtud. Más que marcar su personalidad, la disparidad (y vulgaridad) de las canciones, en algún momento de este interminable tracklist, entre colaboraciones de Drake, Chris Brown, Lil Wayne, Rick Ross, largo etcétera, nos hace olvidarnos por completo de que estamos escuchando un disco de Nicki Minaj.
Calificación: 5/10
Lo mejor: ‘Come On A Cone’, ‘I Am Your Leader’, ‘Beez In The Trap’, ‘Stupid Hoe’
Te gustará si: lo mismo te da Ke$ha que Missy Elliott
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